“Low-code”: Qué es, cómo funciona y por qué Microsoft Power Platform es la plataforma más efectiva

En los tiempos que corren, las páginas webs y, en mayor medida si cabe, las aplicaciones móviles, se han convertido en herramientas fundamentales de uso diario. Desde la perspectiva de los usuarios, a simple vista podrían parecer softwares complejos de crear y configurar. Nada más lejos de la realidad: gracias al “Low-code” (código bajo), el desarrollo de apps ha logrado situarse al alcance de cualquiera que quiera aprovechar sus ventajas para reinventar o aportar mayor valor a su negocio.

¿Qué es y para qué sirve el “Low-code”?

El “low-code”es una nueva modalidad para el desarrollo de aplicaciones que facilita enormemente su creación, pues el usuario no se debe enfrentar al proceso desde el principio ni escribir prácticamente ningún código, sino que parte de una serie de servicios ya existentes que puede estructurar a su gusto.

Traducido al español como “código bajo”, tiene su origen en los años 90, con el que, durante aquellos años, fue su gran precedente: el desarrollo inmediato de aplicaciones (RAD)  que ofrecían plataformas populares tales como Delphi o Visual Basic.

De esta forma, mediante la unión de componentes ya pre-programados a la manera de un puzzle, no tiene porqué tener siquiera conocimientos básicos de programación para echar a andar su propio software de alta calidad. El ejemplo clásico de plataforma “low-code” que todos conocemos es WordPress.

Gracias al “low-code”, que simplifica al máximo la parte técnica más engorrosa, las empresas pueden centrarse directamente en el diseño y los atributos que realmente marcarán la diferencia de su app respecto a las demás. A día de hoy, ésta ha terminado por convertirse en la alternativa más veloz y económica a los métodos convencionales de desarrollos de web y aplicaciones.

¿Cuáles son las ventajas del “Low-code”?

La más evidente de las ventajas de este tipo de software tiene que ver con el ahorro. Al tener listo desde el momento de partida todo lo relativo al desarrollo tecnológico, se reduce enormemente la inversión de dinero y tiempo, en particular en ámbitos como la gestión de personal, la industria o el comercio electrónico.

En una época en la que los tiempos de entrega son cada vez más reducidos, una herramienta como esta puede resultar de gran ayuda para las empresas a la hora de, desde la máxima sencillez, lograr resultados óptimos de la forma más rápida posible, aumentando la productividad, centrándose en el qué (lo que verdaderamente importa, es decir, los clientes) y evitando perder mucho tiempo en el cómo (las complejidades técnicas).

¿Cómo funciona el “Low-code”?

La sencillez a la hora de manejar esta herramienta tiene que ver, sobre todo, con lo intuitivo de su uso: una interfaz que sigue un principio modular, basado en el drag and drop (arrastrar y soltar con el ratón), que nos evita tener que escribir complejos y larguísimos códigos de programación.

Rápido y visual, el “low-code” se compone de un entorno de desarrollo visual que permite definir visualmente la app, conectores a varios servicios que favorecen el manejo automático de las estructuras de datos y un gestor del ciclo de vida de aplicaciones que ayuda a automatizar el mantenimiento de la app.

A través de un planteamiento intuitivo y sencillo, el “low-code” permite centrar todos nuestros esfuerzos en crear algo novedoso y disruptivo sin complicaciones écnicas que puedan desmoralizarnos, pudiendo, además, implementar plantillas, widgets y plugins reutilizables cuantas veces se quiera.

Sin embargo, cabe tener en cuenta que el “low-code” no puede prescindir por completo de la programación manual: si bien una gran parte se puede desarrollar sin ser necesaria la redacción de códigos, para ciertas modificaciones o implementaciones avanzadas sí que los requiere. Para tener una herramienta completamente automática tendríamos que irnos a un “no-code”, algo que, si bien resulta todavía más cómodo, nos ofrece menos flexibilidad en las modificaciones concretas que queramos realizar a posteriori.

Power Platform (Microsoft): El low-code más efectivo

Teniendo en cuenta esta revolución tecnológica y buscando aumentar la eficiencia empresarial , Microsoft ha querido situarse a la vanguardia de la transformación digital, desarrollando en 2018 Power Platform, un paquete de servicios o conjunto de herramientas integradas en Office 365 que otorgan la posibilidad de sincronizar todo el análisis de datos a través de la gestación de flujos automatizados y aplicaciones móviles.

Sin necesidad de códigos, Power Platform ofrece una amplia gama de funciones y pone al alcance del personal sin formación en este terreno la capacidad de generar aplicaciones modernas y de alta calidad. La plataforma cuenta con cuatro grandes aplicativos:

• Power Apps: ideada para crear aplicaciones empresariales sin necesidad de código, se trata de una herramienta multidispositivo embebida en plataformas como Teams o Azure. Funciona con gran parte de los navegadores web y plataformas móviles.
• Power Automate: para automatizar mediante la inteligencia artificial, de forma segura y veloz, tareas diversas que acostumbraban a hacerse de forma manual. Asimismo, incluye servicios de gestión de acceso, identidad y prevención de pérdida de datos.
• Power BI: orientada al análisis de datos sirve para gestionar, analizar e interactuar con tus datos empresariales pudiendo visualizar fácilmente tus KPI’s. También sirve para crear y mantener un sistema de reporting creado a partir de distintas bases de datos que pueden ayudarnos a la hora de tomar decisiones importantes de negocio.
• Power Virtual Agents: bots inteligentes que responden de manera automática a las preguntas que los usuarios repiten con cierta frecuencia, enviándolos, en caso de tratarse de una pregunta más compleja, al representante del servicio al cliente, quien podrá asumir la relación con el cliente en un estado avanzado y con mayor cantidad de datos, ahorrando tiempo y esfuerzo.

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